El
agua es indispensable para el ser humano y éste se ha dedicado durante siglos a
buscar, recolectar, almacenar y distribuir este recurso; por ello en la época
de la cacería los hombres se establecían cerca de los ríos; pero no todos
contaban con la suerte de vivir a los alrededores de alguna fuente de agua y
tenían que caminar varios kilómetros para obtenerla; en consecuencia decidieron
aprovechar los recursos subterráneos a través de los pozos.
Un
pozo es un agujero que se hace en la tierra de cierta profundidad en busca de
agua dulce. En la antigüedad, los habitantes de aquellas propiedades alejadas
de los riachuelos cavaban uno para obtener el agua de forma potable.
En
esa época las regiones de Jericó, Pakistán, Grecia y Roma fueron pioneras en el
proceso de extracción de agua; dicho procedimiento era realizado de forma
manual desde la excavación, seguido de la construcción de un muro a su
alrededor para evitar accidentes y luego ejercían fuerza empujando una palanca
de arriba hacia abajo de este modo terminaban disfrutando de un agua limpia y
apta.
Hoy
en día, gracias a la evolución y la tecnología es más fácil el acceso al agua
potable, debido a las máquinas que el hombre ha ido creando para hacer su vida
más sencilla. Un ejemplo de esto son las bombas sumergibles, las cuales ayudan
a impulsar el líquido desde las capas subterráneas de la Tierra hasta el
exterior, a través de las tuberías de salida.
La
principal característica de las bombas sumergibles es que actualmente no sólo
se pueden tratar con ellas el agua, sino que también son utilizadas para
extraer diversos tipos de líquidos con diferentes texturas y viscosidades, como
lo son: los combustibles, las aguas residuales, distintas mezclas y fluidos
industriales en general.
Definitivamente
en la actualidad, se puede encontrar una bomba sumergible en lugares y momentos
comunes como una fuente de jardín o una fiesta con las fuentes de chocolate.
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