¿Han escuchado la adivinanza: “Con el
dinero lo compro, con los dedos lo deslío, por la cara me lo como?" Si aún no
lo sabían su respuesta es el caramelo, un alimento que se forma luego de
cocinar azúcares hasta lograr la consistencia deseada.
La producción del caramelo puede ser
industrial o casera y se consigue crear muchos estilos dependiendo de sus
tamaños, colores y sabores. En esta producción, el aditivo o E150 es un
ingrediente que se está volviendo común en la composición de estos dulces.
Además, cuando el caramelo se está fabricando industrialmente, es necesario
incluir en el proceso una bomba dosificadora.
Se peguntarán
entonces: ¿Qué es una bomba dosificadora? Es un equipo para inyectar químicos o
sustancias con una cantidad, estrictamente medida, en alguna mezcla. Esta
dosificación requiere de un control preciso del volumen añadido por sus efectos
en el proceso.
Es importante, que la bomba se
mantenga en óptimo estado para que pueda realizar bien el trabajo. Su caudal debe tener linealidad para que
surta el componente sin ningún problema. Adicionalmente, este se ajusta para
evitar que varíe la presión con la que se distribuye el químico en la mezcla.
Es necesario que la bomba
dosificadora siempre dé el mismo resultado, de lo contrario, cada lote de
caramelos podría saber distinto o tener colores diferentes. Esta característica
del equipo se aúna a la necesidad de precisión.
Esta bomba se puede programar en
dosis de litros por hora, litros por día, galones por hora y por día; cada
empresa lo maneja a su preferencia y a su itinerario de fabricación.
Así pues, en algo tan cotidiano como
los dulces se evidencia la presencia de las bombas dosificadoras como parte
fundamental de su fabricación a gran escala. Y ahora en esta próxima noche de
Halloween ya sabrás el truco del dulce.
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