lunes, 26 de octubre de 2015

Dulce o truco

¿Han escuchado la adivinanza: “Con el dinero lo compro, con los dedos lo deslío, por la cara me lo como?" Si aún no lo sabían su respuesta es el caramelo, un alimento que se forma luego de cocinar azúcares hasta lograr la consistencia deseada.

La producción del caramelo puede ser industrial o casera y se consigue crear muchos estilos dependiendo de sus tamaños, colores y sabores. En esta producción, el aditivo o E150 es un ingrediente que se está volviendo común en la composición de estos dulces. Además, cuando el caramelo se está fabricando industrialmente, es necesario incluir en el proceso una bomba dosificadora.




            Se peguntarán entonces: ¿Qué es una bomba dosificadora? Es un equipo para inyectar químicos o sustancias con una cantidad, estrictamente medida, en alguna mezcla.  Esta dosificación requiere de un control preciso del volumen añadido por sus efectos en el proceso.
Es importante, que la bomba se mantenga en óptimo estado para que pueda realizar bien el trabajo.  Su caudal debe tener linealidad para que surta el componente sin ningún problema. Adicionalmente, este se ajusta para evitar que varíe la presión con la que se distribuye el químico en la mezcla.

Es necesario que la bomba dosificadora siempre dé el mismo resultado, de lo contrario, cada lote de caramelos podría saber distinto o tener colores diferentes. Esta característica del equipo se aúna a la necesidad de precisión.

Esta bomba se puede programar en dosis de litros por hora, litros por día, galones por hora y por día; cada empresa lo maneja a su preferencia y a su itinerario de fabricación.




Así pues, en algo tan cotidiano como los dulces se evidencia la presencia de las bombas dosificadoras como parte fundamental de su fabricación a gran escala. Y ahora en esta próxima noche de Halloween ya sabrás el truco del dulce. 

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